17 seres humanos: 14 personitas (juveniles en ciernes),
Don Pablo Fernández, presidente parroquial de Acción Católica de Delicias, Don Alberto de Haro, tesorero, y Don Pedro Sabe, consiliario de AC de juveniles y jóvenes, se lanzaron hoy a la conquista de los Siete Picos, conocido "dosmil" en la Sierra de Guadarrama.
Tras piadosa y devota participación en la Eucaristía (vulgo Misa) de 9:00, en ferrocarril Cercanías fuimos hasta Navacerrada, y desde la estación, a pie en una ascensión de hora y media, algo penosa para algunos, pero en general ¡¡son unos atletas!!, bastante relajada.
En la cumbre explicamos algunos de los picos más significativos y sobresalientes de los que se veían desde el lugar, gozamos (sí, es la palabra) de un pequeño rato de oración en la cumbre, que concluimos con el Ángelus (¡¡qué fácil es rezar en la altura de una cumbre: con la inmesidad delante, y la belleza de la creación!!)
A mitad del camino de retorno nos paramos a comer, y ya solazados y reconfortados por el yantar, se inició, sin previa declaración, contra derecho de gentes, de modo unilateral, irracional, ilegal e injusto, una guerra de bolas de nieve. Pero, ¿con qué nieve?
Porque nieve había poca, ay, re-poca, pero, al fin la hallamos, en pequeñas e infinitesimales cantidades heladas, tras la sombra norte de algunas rocas de las alturas. Y nos bastó para liarnos a bolazos como descosidos, naturalmente, en una guerra sin tregua de todos contra todos, o, por no mentir, de todos contra el único de los diecisiete que había recibido las sagradas órdenes, ¡¡el anticlericalismo anida ya desde la más tiena infancia y la temprana juventud (sniff, sniff)!!.
Esquilmados los exiguos caladeros de nieve helada de las grietas sombrias, proseguimos la bajada hasta el puerto, y, mientras esperabamos el bus, pues en tal trasporte retornamos, aprovechamos para un concurso de nombres de picos, accidentes geográficos, montes célebres de las Sagradas Escrituras, de los que se explicaron en la cumbre, que ganó el bueno de José Luis Nuñez, pero que quedó truncado por la abrupta e inopinada llegada, antes de lo previsto, del "colectivo" de Larrea, que cómodamente nos condujo hasta Moncloa, y desde allí, por el señalado en gualdo y tercer itinerario del suburbano, hasta nuestra parada de Delicias transitamos. Y así, frisando las 19:00, enunciada la hora a la manera de los ferroviarios, nos hallabamos a las puertas de la Iglesia que nos sulivella sobremanera; esto es: media y hora antes de lo preanunciado en los pasquines propagandisticos de la excursión.
Un gran día: todos contentos, cansados, pero felices, con la convicción de que se lo puede uno pasar en grande sin sillón, sin twit..., face..., tuen..., MP-3-4-...-N, sólo con buenos amigos, la belleza-grandeza de la creación y un poquito de guerra a la pereza.
A continuación algunas fotos de la Jornada:
